1. Evitar tocar o rascarse
Durante los primeros días tras el injerto, es fundamental no tocar, rascar ni frotar la zona tratada.
Esto podría interferir con el proceso de cicatrización y comprometer el éxito del injerto. Además, los
folículos injertados están en una fase delicada y pueden desprenderse si se les manipula de manera
incorrecta.
2. Lavar el cabello con cuidado
El lavado debe hacerse de forma suave y siguiendo las instrucciones del médico. Se recomienda evitar el
uso de duchas de alta presión. Durante los
primeros días, es importante no frotar la zona injertada y dejar que el agua corra suavemente por el
área para prevenir la irritación.
3. Evitar el ejercicio intenso
Es crucial evitar actividades físicas intensas, como levantar pesas, correr o cualquier ejercicio que
provoque sudoración excesiva durante al menos 2-3 semanas. El aumento de la presión sanguínea o el sudor
en el cuero cabelludo puede afectar la cicatrización y aumentar el riesgo de infecciones en la zona del
injerto.